El Cuaderno del Bass, es un espacio donde encontrar información sobre la pesca del Black Bass, técnicas, novedades del mercado y referencias de actualidad. Un lugar donde puedes intereactuar y enviarnos tus comentarios incluso tus artículos si son didácticos e interesantes para el lector. En definitiva un lugar para crecer y evolucionar en este deporte
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"Square Bill Fantasy" autor César Pecellín | 2018 | pintura digital
La firma italiana Molix nos ofrece desde esta temporada un nuevo fluorocarbono, el cual he testado con resultados bastante satisfactorios, por lo que me es grato recomendar. Se trata de una evolución de su ya dilatada experiencia en líneas fluoro de buenas prestaciones, por lo que se intuye de antemano que una línea con especificaciones 2016 no puede desmerecer nuestra atención. Confeccionada en bobinas de 70 mts y diámetros que van desde 0,218mm. a 0,398mm., es una línea que se presta a múltiples variedades de pesca por sus cualidades, y concretamente a la perfección para el bassfishing. Me ha llamado la atención su alto equilibrio entre las cualidades que buscamos cuando empleamos este tipo de líneas, es decir, sensibilidad, suavidad, resistencia a la abrasión y tenacidad al nudo. Estas cuatro características las he encontrado potenciadas en este nuevo fluoro, que sumando una elasticidad reducida al mínimo se trata, en definitiva, de una herramienta utilísima de nueva generación adaptada para pescadores de altas exigencias en todo tipo de condiciones. Los test han sido satisfactorios con técnicas variadas, como jigs, texas, swimbait blando, finesse, crankbait y spinnerbait, adaptándose bien en carretes de casting y spinning en las medidas más sutiles. Como es habitual en todas las líneas Molix los diámetros y resistencias que especifica “de casa” están cien por cien contrastadas y ajustadas a la realidad. También creo que el formato de 70 mt. es un acierto, ideal para la pesca del bass, nos permitirá usar justo lo que necesitamos sin derrochar metros y por lo tanto consecuente con el bolsillo. También es aplicable a otras modalidades de pesca, y para bajos de líneas.
Especificaciones:
Bobina: 70m / 76.5yds
Ø 0,218 mm – 3,00 kg – 6,00 lb
Ø 0,258 mm – 4,00 kg – 8,00 lb
Ø 0,278 mm – 5,00 kg – 10,00 lb
Ø 0,308 mm – 6,00 kg – 12,00 lb
Ø 0,348 mm – 7,50 kg – 15,00 lb
Ø 0,398 mm – 9,00 kg – 19,00 lb
Llegar a se un buen pescador de bass no es
sinónimo de ser un buen pescador de bass de competición, para mi son dos cosas
bien distintas. “Pescar" y “pescar en competición" son términos paradójicamente
muy diferenciados entre sí, algo que sutilmente sobrevuela las mentes de los
participantes en los prolegómenos de un campeonato, y que, en resumidas
cuentas, encierra la intencionalidad de este articulo. En él intentaré explicar
las pautas que debemos seguir para afrontar una competición de bass con ciertas
garantías, los factores fundamentales a tener en cuenta y un pcoo sobre la
actitud mental que debemos tomar. Una lectura sobre las nociones básicas
argumentadas desde un punto de vista personal basadas en la propia experiencia.
Es evidente que las competiciones de bass que se realizan en
el viejo continente no son nada comparables a las de mundo profesional
americano. No obstante “La guerra de las percas” en Europa, afortunadamente,
está tomando cada vez un cariz más relevante y una aceptable repercusión mediática, con matices mas espectaculares que acrecientan el interés
de los aficionados y curiosos, superando, en este sentido, a las
demás competiciones de otras modalidades de pesca.
A pesar del carácter amateur existente, el nivel de los
competidores europeos es alto, como ya se ha demostrado internacionalmente.
Generalmente no se escatima en esfuerzos económicos para conseguir los mejores
equipos, las últimas innovaciones que ofrece el mercado, unido a potentes embarcaciones
que ayuden a lograr la ansiada victoria. Las organizaciones de los eventos se
superan cada temporada ofreciendo premios más sustanciosos. Todo esto está
convergiendo en una competitividad cada día mas ardua y difícil. A estos
niveles, cuando se logra una buena clasificación final no suele ser fruto de la
casualidad o de la suerte. Normalmente obedece a un trabajo serio y bien
realizado, no solo respecto a técnicas y señuelos empleados, sino aplicando
unos parámetros de preparación acordes y, sobre todo, a una buena actitud
competitiva.
En el circuito profesional americano existen un gran número
de pescadores estratosféricos pero, igual que ocurre en otros deportes,
sólo medio centenar o quizás menos son considerados los poseedores de ese “don”
que les distingue del resto y les hace permanecer en la élite mundial durante años. En este
grado de profesionalidad, las diferencias entre ser bueno y muy bueno no las marcan
las herramientas o instrumentos de los que disponemos, pues todos gozan de las
mismas bazas, las diferencias están la propia persona. En definitiva, para
llegar a ser un pescador de competición completo debemos poseer una serie de
virtudes y cualidades muy difíciles de reunir y, sobre todo, difíciles de
equilibrar entre sí. No obstante, al margen de esto, es de obligado
cumplimiento tener en cuenta los principios básicos para la preparación de una
competición de bass. A mi juicio, los puntos primordiales los resumiría en los
siguientes apartados:
Preparación previa
Es fundamental, sobre todo cuando desconocemos el escenario
donde vamos a realizar el campeonato. En esta fase trataremos de recopilar
todos los datos que podamos encontrar respecto al lugar de la prueba. Éstos por
insignificantes que parezcan, pueden servirnos de gran ayuda y serán
determinantes para desarrollar la planificación estratégica y lograr un
comportamiento competitivo que se acerque lo máximo posible al patrón ideal.
Cualquier fuente de información puede ser válida.
Por ejemplo, en las revistas
especializadas e Internet podemos encontrar características del embalse o lago y
artículos que hablen de concursos realizados anteriormente, cebos que puedan ir
bien, colores, tipos de coberturas, fotos del entorno, etcétera, e iremos
haciendo anotaciones de todo lo que creamos más importante. Este
compendio de nociones lo debemos valorar según las circunstancias y adaptarlo a nuestros propios conceptos y estilo de pesca. Así, tendremos una idea muy
aproximada del equipo y de las posibles técnicas que pueden funcionar. La segunda
parte de esta preparación “en seco” sería hacerse con un mapa del embalse,
donde separaremos las zonas que creemos prioritarias de las menos productivas,
lo que se denomina “eliminación de aguas”. Para ello tendremos en cuenta los
datos obtenidos y la época del año en la que se realizará el campeonato e
imaginaremos como puede estar posicionado el bass.
Podremos usar rotuladores de
varios colores para hacer distinciones de cada área y resaltar posibles puntos
de interés como islas, zonas prohibidas, puentes, estructuras cercanas a los
cauces, vegetación sumergida, etcétera. Tendremos así un apoyo teórico sobre los pasos a seguir. El
objetivo principal será concretar y esclarecer nuestras ideas, descartando las
zonas del embalse que no nos interesen.
Practica.
Entendiendo que no siempre es posible realizar un
entrenamiento, aunque no determinante, si es muy importante hacer un esfuerzo
para poder practicarlo unas jornadas antes de la fecha límite fijada para ello.
Entonces pondremos en práctica toda la preparación que hayamos podido recopilar
previamente en casa. In situ, nos apoyaremos en los instrumentos electrónicos
de nuestra embarcación como la sonda y el GPS, con los que obtendremos una
serie de datos de la masa de agua como temperaturas, profundidades, naturaleza
del fondo, termoclimas, depresiones lejanas de las orillas, posibles islas
sumergidas, cambios bruscos de profundidad, etcétera.
Por ello, debemos estar
bien familiarizados en el manejo e interpretación de la electrónica para
obtener el máximo rendimiento. Otro factor muy valioso es la propia observación
del entorno y de las orillas. Éstos serán detalles tan importantes como la propia localización
de los peces y que, en el caso de que las estrategias fallen, pueden servirnos
de gran ayuda: tipo de peces pasto, alevines, insectos, presencia o no de
cangrejos, vegetación acuática, aves, lugares donde suele azotar el aire,
proyección de sombras en el agua, etcétera. Los señuelos en los debemos
centrarnos para realizar el entrenamiento habitualmente serán los que cubran el
agua con mayor rapidez, con los que podremos ir descartando áreas. Para ello
usaremos básicamente jerks, crankbaits, spinnerbaits, jigs (manejados
rápidamente) y top waters.
Al obtener alguna picada, algún seguimiento o
avistamiento, deberemos recurrir a otras técnicas e intentar localizar en la
misma zona algún “bass hole” o “hot zone”. Estas zonas serán el oasis perfecto
para poder ganar un torneo. Para ello, lo ideal será usar presentaciones más
lentas como drop shot, carolina o texas rig. Si seguimos obteniendo capturas,
debemos inmediatamente dejar de pescar en esa zona y marcarla de forma precisa
en el GPS. A continuación, lo dotaremos de un nombre fácil de recordar y lo
anotaremos en nuestro mapa. La organización del material será de vital importancia.
Ser organizados es una virtud que nos compensará en muchos aspectos: tener
nuestro equipo bajo control, no llevar demasiado exceso de material, ser
precisos y esmerados en la preparación de éste. Carretes a punto, cañas
adecuadas a cada técnica, líneas en buen estado, cambiar anzuelos deteriorados,
triples y líneas de recambio, etcétera. A nivel profesional la organización es
un ritual, nadie como los profesionales saben de la importancia de un equipo en
perfecto estado. Una buena organización nos permitirá adaptarnos a situaciones
imprevistas más rápidamente, lo que se traduce en mayor tiempo efectivo de
pesca. Además, deberemos ser precavidos y estar preparados ante cualquier
imprevisto. Dentro de nuestra embarcación es recomendable llevar siempre
herramientas, protector solar, trajes de agua, guantes, gorras de repuesto,
botiquín de emergencia, linterna, tenacillas para cualquier contratiempo con
anzuelos, etc.
Actitud y preparación mental
A mi entender, éste es el aspecto mas critico y determinante
a nivel amateur, el más difícil de adquirir y el que puede marcar las
diferencias en mayor grado. El pescador de competición debe tener siempre una
predisposición positiva, desear la victoria y sobre todo creer en ella. Por
otro lado, si a la vez nuestro carácter es humilde, le estaremos restando
importancia a la posibilidad de fracasar, lo que nos ayudará a pescar sin
presiones extras y podremos concentrarnos mejor. Para comenzar, debemos ser
conscientes de cuáles son nuestras virtudes y nuestras carencias. Todo lo que
hemos sacado en claro en la preparación deberemos interpretarlo según criterios
propios y adaptarlo a las técnicas con las cuales nos sintamos más
identificados o tengamos más feeling o seguridad. Si hemos entrenado
satisfactoriamente con un equipo, no debemos cambiar o improvisar con el
objeto de “capturar más”, queriendo afinar líneas, disminuyendo el tamaño del
señuelo o diámetro de línea.. Esto, en la mayoría de las circunstancias, será
sinónimo de inseguridad o fracaso anticipado.
Tampoco debemos dejarnos influir
por barcos que se aglomeran en ciertas zonas, o que deambulan o cambian de
posiciones. Nuestra actitud debe ser equilibrada y no distraernos por lo que
pueda estar ocurriendo a nuestro alrededor respecto al resto de participantes,
lo ideal es abstraernos y concentrarnos en nuestra tarea. Durante las primeras
horas de la competición deberemos actuar según la preparación previa y seguir
al pie de la letra nuestras apuestas y estrategias, dejando poco margen a las
improvisaciones o especulaciones. Aquí entra en juego una buena compenetración
de los dos componentes del equipo. Un buen team deben ir siempre en
consonancia. Al margen de las capacidades técnicas, deben ser de caracteres
compatibles.
Teóricamente dos pescadores tienen más posibilidades que uno, pero
si no logramos un buen equilibrio como tándem, puede que inconscientemente
estemos contrarrestando nuestras cualidades y convertirse en un serio handicap que merme la eficacia como
team. Por poner un ejemplo, ¿de qué sirve comenzar a hacer las cosas
correctamente cuando tu compañero es una persona inquieta y nerviosa que
rápidamente comenzará a contagiarnos de su inseguridad y no nos dejará
concentrarnos cuando aun no se han obtenido ningún fruto?.
Con esto no quiero
decir que la persona inquieta sea inferior como pescador, pero si puede influir
negativamente en el trabajo en equipo. En definitiva, un equipo bien
compenetrado tendrá mucho ganado antes de comenzar. En la antesala de una
contienda importante es típico oir comentarios previos sobre técnicas o
señuelos “infalibles”. A menudo expresiones vox
populi, que presupone que gran mayoría de concursantes pescarán de igual
forma.
Un paradigma que nos puede aliar con el éxito sería encontrar algún
patrón, señuelo o técnica diferente a lo que hagan nuestros adversarios.
Intentar diferenciarnos pero sopesando hasta que punto podemos asumir riesgos.
Ser original demuestra seguridad en nuestras posibilidades y acrecienta nuestro
grado de calidad como pescador. Las diferencias también podemos encontrarlas en
las zonas de pesca. Desde embarcación a menudo se suelen descartar zonas
“trilladas” por los pescadores de a pié, craso error. En general estas áreas
son buenas y no debemos nunca descartarlas.
La presentación de nuestros señuelos
será de dentro hacia fuera, distinta a la que los peces de esa zona puedan
estar acostumbrados a ver y, por consiguiente, casi siempre vamos a tener
opciones de capturas. Lo mismo ocurre en las zonas aparentemente improductivas
o que suelen ser descartadas por la mayoría, como playas sin coberturas, áreas
cercanas a casas o construcciones, incluso la zona cercana a la botadura. Esto
quiere decir que seguramente estarán menos tocadas que los lugares típicos
donde los basses podrían darnos un master
sobre señuelos. A menudo usamos las potencias de las embarcaciones para
perdernos en lo más infinito del embalse, en busca de ese añorado paraíso que
nos solucione la jornada. Si disponemos de una embarcación potente ésta nos
dará la agilidad necesaria para alcanzar zonas lejanas con mucha mayor rapidez,
pero tener todo el embalse a nuestra disposición en pocos minutos puede
resultar a veces un arma de doble filo. Debemos tener presente que los barcos
no pescan, sólo son una herramienta más del equipo, sin duda prioritaria, pero
siempre y cuando sepamos darle su justo valor, y asumir que competimos para
pescar no para correr más que los demás.
Improvisar
soluciones.
Si no ha sido posible realizar un entrenamiento efectivo, las
posibilidades de éxito serán menores, aunque en determinadas circunstancias
puede ser ventajoso, como, por ejemplo, cuando se da la coincidencia de ciclos
en los que el bass varía sus hábitos debido bien a las migraciones estacionales
o por cambios bruscos en la meteorología. Durante las dos semanas anteriores al
torneo es aconsejable tener presente estos factores que afectarán al
comportamiento del bass. Si es posible anotaremos cambios de temperaturas y
presiones atmosféricas y estaremos atentos a posibles entradas de frentes fríos
antes o inmediatamente después de la competición. En ambos casos, si llega a
ocurrir, todo se complicará y nuestros planes se verán trastocados, llegará el
momento de improvisar y apelar a la intuición. Sin ofuscarnos, debemos
reaccionar en el menor tiempo posible e intentar localizar la pesca, alternando
la búsqueda a varias profundidades y con técnicas diferentes hasta dar con
algún indicio. Éste será la clave, donde tendremos que centrarnos y repetir
zonas similares hasta obtener resultados. Cuando las cosas se complican de este
modo, suele afectar a la mayoría de competidores, aunque paradójicamente más
aún a los pescadores locales habituados a señuelos y técnicas que pueden
fracasar en condiciones inesperadas o adversas. De lo contrario, si no tenemos
mucha practica en esas aguas podemos aprovechar esta coyuntura a nuestro favor.
Si finalmente no conseguimos buenos resultados, debemos ser fuertes mentalmente
y no lamentarnos.
Como dice un buen amigo: “esto es un juego de niños grandes”
y como tal, puede ocurrir cualquier cosa. Lo mejor es aprender de los errores
memorizando las circunstancias y condicionantes que hayan podido influir, lo
que posiblemente hayamos hecho mal e intentar sacar nuestras conclusiones. Al
mismo tiempo, hacer balance de las estrategias que obtuvieron éxito, zonas y técnicas
empleadas. Como en otros deportes el encajar sanamente las derrotas nos ayudará
a ser más completos y a afrontar la próxima prueba con mayor optimismo y
energía..
¿Alguna vez tuviste la picada de un buen pez
justo al recoger tu jig? Si es así corresponde al efecto “swimming jig”, aquí
comento algunos conceptos básicos para esta técnica poco empleada y sin embargo con mucho
potencial.
Básicamente se trata de hacer nadar un jig, es
decir, de recuperarlo de manera que navegue a través del agua, al contrario de
su manejo convencional que suele ser arrastrado o a pequeños saltos por el
fondo o para flipping o pitching. Si no has usado nunca un jig de esta manera
al principio puede costar asimilar su efectividad, pero como todo, requiere
inversión de tiempo y voluntad de aprender.
Siendo así los resultados no tardarán en llegar. Técnica muy útil cuando
necesitamos localizar peces ya que nos permitirá cubrir una gran cantidad de
agua, casi igual que cuando empleamos técnicas de power fishing. El concepto de esta técnica muchas veces se
confunde sinónimamente con el empleo exclusivo de pesca a medias aguas,
concepto equivocado ya que las aplicaciones pueden ser múltiples, además
podremos hacer nadar nuestro jig también justo por encima del fondo, incluso
por la superficie. Es decir, si abrimos nuestra mente en este sentido
conseguiremos ser mucho más polivalentes pescando con estos archiconocidos
señuelos pero que la mayoría de pescadores limitan sus posibilidades usándolos solo para la pesca
en profundidad. Igualmente conseguiremos aumentar el rango de uso según la
época del año, ya que adaptándolo según las condiciones, no tendremos límites
independientemente de la temperatura y época del año. El mercado nos ofrece un
interminable abanico de distintas tipologías de jigs, para flipping, finesse jig,
cover jig, etc., algunas firmas cuentan también
con modelos específicos para swimming, aunque no todas, ni todos de buena
calidad.
Distintos trailers swimming
Un jig para esta técnica principalmente debe disponer sobre todo de un
buen equilibrio del conjunto para poder desarrollar una acción lo más natural
posible, con la finalidad de aparentar bien un cangrejo, pez o cualquier otra
criatura que huye en contorneo o a pequeños saltos a través del agua. Para ello es importante una cabeza proyectada
de manera que permita un buen flujo de agua y aporte esa naturalidad, y por supuesto unos skirts que mantengan una alta sinuosidad, ya que
nuestro jig lo mantendremos casi siempre en movimiento, sin pausas. La caña deberemos mantenerla alta de 10 a 12, con movimientos de punta para hacer que el jig mantenga una acción correcta con pequeñas oscilaciones verticales, esa sería la acción standard, aunque también podemos alternar con pausas incluso fuertes tirones, aunque ésto, a mi entender, debe ser cuando ya dominemos la técnica básica.
Los swimming jig pueden ir provistos de
antihierbas o sin ellos. Los modelos sin antihierbas suelen ser los más
específicos o evolucionados para desarrollar esta modalidad ya que el perfil más bajo aportará mayor naturalidad y estará más equilibrado para nadar. Algunos
como el que muestro en las fotos incorporan un anzuelo wide gap unido por un
split ring a la cabeza, lo que nos permitirá montar nuestro tráiler de vinilo
de manera weedless si lo necesitamos, incluso podremos cambiar el tamaño o
modelo de anzuelo ofreciéndonos la oportunidad de personalizar el conjunto a nuestro antojo.
A
diferencia de un jig convencional la posibilidad de intercambio del anzuelo se
convertirá en una ventaja añadida ya que otros perderán su vida útil
cuando el anzuelo se despunte, siendo solucionable en el caso de un jig que nos
permita su sustitución. Asimismo la
cadencia de recuperación unida a la posibilidad antes comentada, nos permitirá
abrir el campo a la combinación con trailers con especificación “swimming”,
como swimbaits blandos, chunks, grandes craws y criaturas, incluso worms y
grubs.
Molix Swimming Jig con trailer shad tail
El momento ideal para aplicar esta técnica será en circunstancias en las
que percibamos que los peces rehúyen señuelos con exceso de “flash” tipo wire
baits, blades, o cranks, y que una presentación como la de un jig evolucionado
de manera más pausada y sinuosa puede ser mucho más acertado. Otro buen momento
será justo después de la freza para tentar a las hembras que se apartan de las
orillas y a menudo se suspenden entre la cobertura. El uso de líneas no difiere
mucho del estándar para el resto de jigs, es decir rango de entre 12 y 20 libras, preferiblemente fluorocarbono, con la salvedad
que un modelo sin antihierba nos permitirá emplear líneas incluso inferiores si
buscamos una presentación más finesse. Si pensamos un poco, los basses por
lógica estarán mucho más apercibidos de lo que es un jig que rastrea el fondo que
un jig que nada de forma tentadora y que seguramente no lo registra como algo
“peligroso”, por ello y por las posibilidades técnicas que nos puede ofrecer, montar un
swimming jig será más veces que pocas sinónimo de nuevas oportunidades de
buenas capturas. Espero haber despertado la curiosidad si no probaste nunca
esta presentación, más adelante podemos sumergernos un poco más en esta interesante modalidad con un articulo más avanzado. Buena pesca!.