Llegar a se un buen pescador de bass no es
sinónimo de ser un buen pescador de bass de competición, para mi son dos cosas
bien distintas. “Pescar" y “pescar en competición" son términos paradójicamente
muy diferenciados entre sí, algo que sutilmente sobrevuela las mentes de los
participantes en los prolegómenos de un campeonato, y que, en resumidas
cuentas, encierra la intencionalidad de este articulo. En él intentaré explicar
las pautas que debemos seguir para afrontar una competición de bass con ciertas
garantías, los factores fundamentales a tener en cuenta y un pcoo sobre la
actitud mental que debemos tomar. Una lectura sobre las nociones básicas
argumentadas desde un punto de vista personal basadas en la propia experiencia.
Es evidente que las competiciones de bass que se realizan en
el viejo continente no son nada comparables a las de mundo profesional
americano. No obstante “La guerra de las percas” en Europa, afortunadamente,
está tomando cada vez un cariz más relevante y una aceptable repercusión mediática, con matices mas espectaculares que acrecientan el interés
de los aficionados y curiosos, superando, en este sentido, a las
demás competiciones de otras modalidades de pesca.
A pesar del carácter amateur existente, el nivel de los competidores europeos es alto, como ya se ha demostrado internacionalmente. Generalmente no se escatima en esfuerzos económicos para conseguir los mejores equipos, las últimas innovaciones que ofrece el mercado, unido a potentes embarcaciones que ayuden a lograr la ansiada victoria. Las organizaciones de los eventos se superan cada temporada ofreciendo premios más sustanciosos. Todo esto está convergiendo en una competitividad cada día mas ardua y difícil. A estos niveles, cuando se logra una buena clasificación final no suele ser fruto de la casualidad o de la suerte. Normalmente obedece a un trabajo serio y bien realizado, no solo respecto a técnicas y señuelos empleados, sino aplicando unos parámetros de preparación acordes y, sobre todo, a una buena actitud competitiva.
En el circuito profesional americano existen un gran número
de pescadores estratosféricos pero, igual que ocurre en otros deportes,
sólo medio centenar o quizás menos son considerados los poseedores de ese “don”
que les distingue del resto y les hace permanecer en la élite mundial durante años. En este
grado de profesionalidad, las diferencias entre ser bueno y muy bueno no las marcan
las herramientas o instrumentos de los que disponemos, pues todos gozan de las
mismas bazas, las diferencias están la propia persona. En definitiva, para
llegar a ser un pescador de competición completo debemos poseer una serie de
virtudes y cualidades muy difíciles de reunir y, sobre todo, difíciles de
equilibrar entre sí. No obstante, al margen de esto, es de obligado
cumplimiento tener en cuenta los principios básicos para la preparación de una
competición de bass. A mi juicio, los puntos primordiales los resumiría en los
siguientes apartados:
Preparación previa
Es fundamental, sobre todo cuando desconocemos el escenario
donde vamos a realizar el campeonato. En esta fase trataremos de recopilar
todos los datos que podamos encontrar respecto al lugar de la prueba. Éstos por
insignificantes que parezcan, pueden servirnos de gran ayuda y serán
determinantes para desarrollar la planificación estratégica y lograr un
comportamiento competitivo que se acerque lo máximo posible al patrón ideal.
Cualquier fuente de información puede ser válida.
Por ejemplo, en las revistas especializadas e Internet podemos encontrar características del embalse o lago y artículos que hablen de concursos realizados anteriormente, cebos que puedan ir bien, colores, tipos de coberturas, fotos del entorno, etcétera, e iremos haciendo anotaciones de todo lo que creamos más importante. Este compendio de nociones lo debemos valorar según las circunstancias y adaptarlo a nuestros propios conceptos y estilo de pesca. Así, tendremos una idea muy aproximada del equipo y de las posibles técnicas que pueden funcionar. La segunda parte de esta preparación “en seco” sería hacerse con un mapa del embalse, donde separaremos las zonas que creemos prioritarias de las menos productivas, lo que se denomina “eliminación de aguas”. Para ello tendremos en cuenta los datos obtenidos y la época del año en la que se realizará el campeonato e imaginaremos como puede estar posicionado el bass.
Podremos usar rotuladores de varios colores para hacer distinciones de cada área y resaltar posibles puntos de interés como islas, zonas prohibidas, puentes, estructuras cercanas a los cauces, vegetación sumergida, etcétera. Tendremos así un apoyo teórico sobre los pasos a seguir. El objetivo principal será concretar y esclarecer nuestras ideas, descartando las zonas del embalse que no nos interesen.
Por ejemplo, en las revistas especializadas e Internet podemos encontrar características del embalse o lago y artículos que hablen de concursos realizados anteriormente, cebos que puedan ir bien, colores, tipos de coberturas, fotos del entorno, etcétera, e iremos haciendo anotaciones de todo lo que creamos más importante. Este compendio de nociones lo debemos valorar según las circunstancias y adaptarlo a nuestros propios conceptos y estilo de pesca. Así, tendremos una idea muy aproximada del equipo y de las posibles técnicas que pueden funcionar. La segunda parte de esta preparación “en seco” sería hacerse con un mapa del embalse, donde separaremos las zonas que creemos prioritarias de las menos productivas, lo que se denomina “eliminación de aguas”. Para ello tendremos en cuenta los datos obtenidos y la época del año en la que se realizará el campeonato e imaginaremos como puede estar posicionado el bass.
Podremos usar rotuladores de varios colores para hacer distinciones de cada área y resaltar posibles puntos de interés como islas, zonas prohibidas, puentes, estructuras cercanas a los cauces, vegetación sumergida, etcétera. Tendremos así un apoyo teórico sobre los pasos a seguir. El objetivo principal será concretar y esclarecer nuestras ideas, descartando las zonas del embalse que no nos interesen.
Practica.
Entendiendo que no siempre es posible realizar un
entrenamiento, aunque no determinante, si es muy importante hacer un esfuerzo
para poder practicarlo unas jornadas antes de la fecha límite fijada para ello.
Entonces pondremos en práctica toda la preparación que hayamos podido recopilar
previamente en casa. In situ, nos apoyaremos en los instrumentos electrónicos
de nuestra embarcación como la sonda y el GPS, con los que obtendremos una
serie de datos de la masa de agua como temperaturas, profundidades, naturaleza
del fondo, termoclimas, depresiones lejanas de las orillas, posibles islas
sumergidas, cambios bruscos de profundidad, etcétera.
Por ello, debemos estar bien familiarizados en el manejo e interpretación de la electrónica para obtener el máximo rendimiento. Otro factor muy valioso es la propia observación del entorno y de las orillas. Éstos serán detalles tan importantes como la propia localización de los peces y que, en el caso de que las estrategias fallen, pueden servirnos de gran ayuda: tipo de peces pasto, alevines, insectos, presencia o no de cangrejos, vegetación acuática, aves, lugares donde suele azotar el aire, proyección de sombras en el agua, etcétera. Los señuelos en los debemos centrarnos para realizar el entrenamiento habitualmente serán los que cubran el agua con mayor rapidez, con los que podremos ir descartando áreas. Para ello usaremos básicamente jerks, crankbaits, spinnerbaits, jigs (manejados rápidamente) y top waters.
Al obtener alguna picada, algún seguimiento o avistamiento, deberemos recurrir a otras técnicas e intentar localizar en la misma zona algún “bass hole” o “hot zone”. Estas zonas serán el oasis perfecto para poder ganar un torneo. Para ello, lo ideal será usar presentaciones más lentas como drop shot, carolina o texas rig. Si seguimos obteniendo capturas, debemos inmediatamente dejar de pescar en esa zona y marcarla de forma precisa en el GPS. A continuación, lo dotaremos de un nombre fácil de recordar y lo anotaremos en nuestro mapa. La organización del material será de vital importancia.
Ser organizados es una virtud que nos compensará en muchos aspectos: tener nuestro equipo bajo control, no llevar demasiado exceso de material, ser precisos y esmerados en la preparación de éste. Carretes a punto, cañas adecuadas a cada técnica, líneas en buen estado, cambiar anzuelos deteriorados, triples y líneas de recambio, etcétera. A nivel profesional la organización es un ritual, nadie como los profesionales saben de la importancia de un equipo en perfecto estado. Una buena organización nos permitirá adaptarnos a situaciones imprevistas más rápidamente, lo que se traduce en mayor tiempo efectivo de pesca. Además, deberemos ser precavidos y estar preparados ante cualquier imprevisto. Dentro de nuestra embarcación es recomendable llevar siempre herramientas, protector solar, trajes de agua, guantes, gorras de repuesto, botiquín de emergencia, linterna, tenacillas para cualquier contratiempo con anzuelos, etc.
Por ello, debemos estar bien familiarizados en el manejo e interpretación de la electrónica para obtener el máximo rendimiento. Otro factor muy valioso es la propia observación del entorno y de las orillas. Éstos serán detalles tan importantes como la propia localización de los peces y que, en el caso de que las estrategias fallen, pueden servirnos de gran ayuda: tipo de peces pasto, alevines, insectos, presencia o no de cangrejos, vegetación acuática, aves, lugares donde suele azotar el aire, proyección de sombras en el agua, etcétera. Los señuelos en los debemos centrarnos para realizar el entrenamiento habitualmente serán los que cubran el agua con mayor rapidez, con los que podremos ir descartando áreas. Para ello usaremos básicamente jerks, crankbaits, spinnerbaits, jigs (manejados rápidamente) y top waters.
Al obtener alguna picada, algún seguimiento o avistamiento, deberemos recurrir a otras técnicas e intentar localizar en la misma zona algún “bass hole” o “hot zone”. Estas zonas serán el oasis perfecto para poder ganar un torneo. Para ello, lo ideal será usar presentaciones más lentas como drop shot, carolina o texas rig. Si seguimos obteniendo capturas, debemos inmediatamente dejar de pescar en esa zona y marcarla de forma precisa en el GPS. A continuación, lo dotaremos de un nombre fácil de recordar y lo anotaremos en nuestro mapa. La organización del material será de vital importancia.
Ser organizados es una virtud que nos compensará en muchos aspectos: tener nuestro equipo bajo control, no llevar demasiado exceso de material, ser precisos y esmerados en la preparación de éste. Carretes a punto, cañas adecuadas a cada técnica, líneas en buen estado, cambiar anzuelos deteriorados, triples y líneas de recambio, etcétera. A nivel profesional la organización es un ritual, nadie como los profesionales saben de la importancia de un equipo en perfecto estado. Una buena organización nos permitirá adaptarnos a situaciones imprevistas más rápidamente, lo que se traduce en mayor tiempo efectivo de pesca. Además, deberemos ser precavidos y estar preparados ante cualquier imprevisto. Dentro de nuestra embarcación es recomendable llevar siempre herramientas, protector solar, trajes de agua, guantes, gorras de repuesto, botiquín de emergencia, linterna, tenacillas para cualquier contratiempo con anzuelos, etc.
Actitud y preparación mental
A mi entender, éste es el aspecto mas critico y determinante a nivel amateur, el más difícil de adquirir y el que puede marcar las diferencias en mayor grado. El pescador de competición debe tener siempre una predisposición positiva, desear la victoria y sobre todo creer en ella. Por otro lado, si a la vez nuestro carácter es humilde, le estaremos restando importancia a la posibilidad de fracasar, lo que nos ayudará a pescar sin presiones extras y podremos concentrarnos mejor. Para comenzar, debemos ser conscientes de cuáles son nuestras virtudes y nuestras carencias. Todo lo que hemos sacado en claro en la preparación deberemos interpretarlo según criterios propios y adaptarlo a las técnicas con las cuales nos sintamos más identificados o tengamos más feeling o seguridad. Si hemos entrenado satisfactoriamente con un equipo, no debemos cambiar o improvisar con el objeto de “capturar más”, queriendo afinar líneas, disminuyendo el tamaño del señuelo o diámetro de línea.. Esto, en la mayoría de las circunstancias, será sinónimo de inseguridad o fracaso anticipado.
Tampoco debemos dejarnos influir por barcos que se aglomeran en ciertas zonas, o que deambulan o cambian de posiciones. Nuestra actitud debe ser equilibrada y no distraernos por lo que pueda estar ocurriendo a nuestro alrededor respecto al resto de participantes, lo ideal es abstraernos y concentrarnos en nuestra tarea. Durante las primeras horas de la competición deberemos actuar según la preparación previa y seguir al pie de la letra nuestras apuestas y estrategias, dejando poco margen a las improvisaciones o especulaciones. Aquí entra en juego una buena compenetración de los dos componentes del equipo. Un buen team deben ir siempre en consonancia. Al margen de las capacidades técnicas, deben ser de caracteres compatibles.
Teóricamente dos pescadores tienen más posibilidades que uno, pero si no logramos un buen equilibrio como tándem, puede que inconscientemente estemos contrarrestando nuestras cualidades y convertirse en un serio handicap que merme la eficacia como team. Por poner un ejemplo, ¿de qué sirve comenzar a hacer las cosas correctamente cuando tu compañero es una persona inquieta y nerviosa que rápidamente comenzará a contagiarnos de su inseguridad y no nos dejará concentrarnos cuando aun no se han obtenido ningún fruto?.
Con esto no quiero decir que la persona inquieta sea inferior como pescador, pero si puede influir negativamente en el trabajo en equipo. En definitiva, un equipo bien compenetrado tendrá mucho ganado antes de comenzar. En la antesala de una contienda importante es típico oir comentarios previos sobre técnicas o señuelos “infalibles”. A menudo expresiones vox populi, que presupone que gran mayoría de concursantes pescarán de igual forma.
Un paradigma que nos puede aliar con el éxito sería encontrar algún patrón, señuelo o técnica diferente a lo que hagan nuestros adversarios. Intentar diferenciarnos pero sopesando hasta que punto podemos asumir riesgos. Ser original demuestra seguridad en nuestras posibilidades y acrecienta nuestro grado de calidad como pescador. Las diferencias también podemos encontrarlas en las zonas de pesca. Desde embarcación a menudo se suelen descartar zonas “trilladas” por los pescadores de a pié, craso error. En general estas áreas son buenas y no debemos nunca descartarlas.
La presentación de nuestros señuelos será de dentro hacia fuera, distinta a la que los peces de esa zona puedan estar acostumbrados a ver y, por consiguiente, casi siempre vamos a tener opciones de capturas. Lo mismo ocurre en las zonas aparentemente improductivas o que suelen ser descartadas por la mayoría, como playas sin coberturas, áreas cercanas a casas o construcciones, incluso la zona cercana a la botadura. Esto quiere decir que seguramente estarán menos tocadas que los lugares típicos donde los basses podrían darnos un master sobre señuelos. A menudo usamos las potencias de las embarcaciones para perdernos en lo más infinito del embalse, en busca de ese añorado paraíso que nos solucione la jornada. Si disponemos de una embarcación potente ésta nos dará la agilidad necesaria para alcanzar zonas lejanas con mucha mayor rapidez, pero tener todo el embalse a nuestra disposición en pocos minutos puede resultar a veces un arma de doble filo. Debemos tener presente que los barcos no pescan, sólo son una herramienta más del equipo, sin duda prioritaria, pero siempre y cuando sepamos darle su justo valor, y asumir que competimos para pescar no para correr más que los demás.
A mi entender, éste es el aspecto mas critico y determinante a nivel amateur, el más difícil de adquirir y el que puede marcar las diferencias en mayor grado. El pescador de competición debe tener siempre una predisposición positiva, desear la victoria y sobre todo creer en ella. Por otro lado, si a la vez nuestro carácter es humilde, le estaremos restando importancia a la posibilidad de fracasar, lo que nos ayudará a pescar sin presiones extras y podremos concentrarnos mejor. Para comenzar, debemos ser conscientes de cuáles son nuestras virtudes y nuestras carencias. Todo lo que hemos sacado en claro en la preparación deberemos interpretarlo según criterios propios y adaptarlo a las técnicas con las cuales nos sintamos más identificados o tengamos más feeling o seguridad. Si hemos entrenado satisfactoriamente con un equipo, no debemos cambiar o improvisar con el objeto de “capturar más”, queriendo afinar líneas, disminuyendo el tamaño del señuelo o diámetro de línea.. Esto, en la mayoría de las circunstancias, será sinónimo de inseguridad o fracaso anticipado.
Tampoco debemos dejarnos influir por barcos que se aglomeran en ciertas zonas, o que deambulan o cambian de posiciones. Nuestra actitud debe ser equilibrada y no distraernos por lo que pueda estar ocurriendo a nuestro alrededor respecto al resto de participantes, lo ideal es abstraernos y concentrarnos en nuestra tarea. Durante las primeras horas de la competición deberemos actuar según la preparación previa y seguir al pie de la letra nuestras apuestas y estrategias, dejando poco margen a las improvisaciones o especulaciones. Aquí entra en juego una buena compenetración de los dos componentes del equipo. Un buen team deben ir siempre en consonancia. Al margen de las capacidades técnicas, deben ser de caracteres compatibles.
Teóricamente dos pescadores tienen más posibilidades que uno, pero si no logramos un buen equilibrio como tándem, puede que inconscientemente estemos contrarrestando nuestras cualidades y convertirse en un serio handicap que merme la eficacia como team. Por poner un ejemplo, ¿de qué sirve comenzar a hacer las cosas correctamente cuando tu compañero es una persona inquieta y nerviosa que rápidamente comenzará a contagiarnos de su inseguridad y no nos dejará concentrarnos cuando aun no se han obtenido ningún fruto?.
Con esto no quiero decir que la persona inquieta sea inferior como pescador, pero si puede influir negativamente en el trabajo en equipo. En definitiva, un equipo bien compenetrado tendrá mucho ganado antes de comenzar. En la antesala de una contienda importante es típico oir comentarios previos sobre técnicas o señuelos “infalibles”. A menudo expresiones vox populi, que presupone que gran mayoría de concursantes pescarán de igual forma.
Un paradigma que nos puede aliar con el éxito sería encontrar algún patrón, señuelo o técnica diferente a lo que hagan nuestros adversarios. Intentar diferenciarnos pero sopesando hasta que punto podemos asumir riesgos. Ser original demuestra seguridad en nuestras posibilidades y acrecienta nuestro grado de calidad como pescador. Las diferencias también podemos encontrarlas en las zonas de pesca. Desde embarcación a menudo se suelen descartar zonas “trilladas” por los pescadores de a pié, craso error. En general estas áreas son buenas y no debemos nunca descartarlas.
La presentación de nuestros señuelos será de dentro hacia fuera, distinta a la que los peces de esa zona puedan estar acostumbrados a ver y, por consiguiente, casi siempre vamos a tener opciones de capturas. Lo mismo ocurre en las zonas aparentemente improductivas o que suelen ser descartadas por la mayoría, como playas sin coberturas, áreas cercanas a casas o construcciones, incluso la zona cercana a la botadura. Esto quiere decir que seguramente estarán menos tocadas que los lugares típicos donde los basses podrían darnos un master sobre señuelos. A menudo usamos las potencias de las embarcaciones para perdernos en lo más infinito del embalse, en busca de ese añorado paraíso que nos solucione la jornada. Si disponemos de una embarcación potente ésta nos dará la agilidad necesaria para alcanzar zonas lejanas con mucha mayor rapidez, pero tener todo el embalse a nuestra disposición en pocos minutos puede resultar a veces un arma de doble filo. Debemos tener presente que los barcos no pescan, sólo son una herramienta más del equipo, sin duda prioritaria, pero siempre y cuando sepamos darle su justo valor, y asumir que competimos para pescar no para correr más que los demás.
Si no ha sido posible realizar un entrenamiento efectivo, las
posibilidades de éxito serán menores, aunque en determinadas circunstancias
puede ser ventajoso, como, por ejemplo, cuando se da la coincidencia de ciclos
en los que el bass varía sus hábitos debido bien a las migraciones estacionales
o por cambios bruscos en la meteorología. Durante las dos semanas anteriores al
torneo es aconsejable tener presente estos factores que afectarán al
comportamiento del bass. Si es posible anotaremos cambios de temperaturas y
presiones atmosféricas y estaremos atentos a posibles entradas de frentes fríos
antes o inmediatamente después de la competición. En ambos casos, si llega a
ocurrir, todo se complicará y nuestros planes se verán trastocados, llegará el
momento de improvisar y apelar a la intuición. Sin ofuscarnos, debemos
reaccionar en el menor tiempo posible e intentar localizar la pesca, alternando
la búsqueda a varias profundidades y con técnicas diferentes hasta dar con
algún indicio. Éste será la clave, donde tendremos que centrarnos y repetir
zonas similares hasta obtener resultados. Cuando las cosas se complican de este
modo, suele afectar a la mayoría de competidores, aunque paradójicamente más
aún a los pescadores locales habituados a señuelos y técnicas que pueden
fracasar en condiciones inesperadas o adversas. De lo contrario, si no tenemos
mucha practica en esas aguas podemos aprovechar esta coyuntura a nuestro favor.
Si finalmente no conseguimos buenos resultados, debemos ser fuertes mentalmente
y no lamentarnos.
Como dice un buen amigo: “esto es un juego de niños grandes”
y como tal, puede ocurrir cualquier cosa. Lo mejor es aprender de los errores
memorizando las circunstancias y condicionantes que hayan podido influir, lo
que posiblemente hayamos hecho mal e intentar sacar nuestras conclusiones. Al
mismo tiempo, hacer balance de las estrategias que obtuvieron éxito, zonas y técnicas
empleadas. Como en otros deportes el encajar sanamente las derrotas nos ayudará
a ser más completos y a afrontar la próxima prueba con mayor optimismo y
energía..
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