¿Alguna vez tuviste la picada de un buen pez
justo al recoger tu jig? Si es así corresponde al efecto “swimming jig”, aquí
comento algunos conceptos básicos para esta técnica poco empleada y sin embargo con mucho
potencial.
Básicamente se trata de hacer nadar un jig, es
decir, de recuperarlo de manera que navegue a través del agua, al contrario de
su manejo convencional que suele ser arrastrado o a pequeños saltos por el
fondo o para flipping o pitching. Si no has usado nunca un jig de esta manera
al principio puede costar asimilar su efectividad, pero como todo, requiere
inversión de tiempo y voluntad de aprender.
Siendo así los resultados no tardarán en llegar. Técnica muy útil cuando
necesitamos localizar peces ya que nos permitirá cubrir una gran cantidad de
agua, casi igual que cuando empleamos técnicas de power fishing. El concepto de esta técnica muchas veces se
confunde sinónimamente con el empleo exclusivo de pesca a medias aguas,
concepto equivocado ya que las aplicaciones pueden ser múltiples, además
podremos hacer nadar nuestro jig también justo por encima del fondo, incluso
por la superficie. Es decir, si abrimos nuestra mente en este sentido
conseguiremos ser mucho más polivalentes pescando con estos archiconocidos
señuelos pero que la mayoría de pescadores limitan sus posibilidades usándolos solo para la pesca
en profundidad. Igualmente conseguiremos aumentar el rango de uso según la
época del año, ya que adaptándolo según las condiciones, no tendremos límites
independientemente de la temperatura y época del año. El mercado nos ofrece un
interminable abanico de distintas tipologías de jigs, para flipping, finesse jig,
cover jig, etc., algunas firmas cuentan también
con modelos específicos para swimming, aunque no todas, ni todos de buena
calidad.
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Distintos trailers swimming |
Un jig para esta técnica principalmente debe disponer sobre todo de un
buen equilibrio del conjunto para poder desarrollar una acción lo más natural
posible, con la finalidad de aparentar bien un cangrejo, pez o cualquier otra
criatura que huye en contorneo o a pequeños saltos a través del agua. Para ello es importante una cabeza proyectada
de manera que permita un buen flujo de agua y aporte esa naturalidad, y por supuesto unos skirts que mantengan una alta sinuosidad, ya que
nuestro jig lo mantendremos casi siempre en movimiento, sin pausas. La caña deberemos mantenerla alta de 10 a 12, con movimientos de punta para hacer que el jig mantenga una acción correcta con pequeñas oscilaciones verticales, esa sería la acción standard, aunque también podemos alternar con pausas incluso fuertes tirones, aunque ésto, a mi entender, debe ser cuando ya dominemos la técnica básica.
Los swimming jig pueden ir provistos de
antihierbas o sin ellos. Los modelos sin antihierbas suelen ser los más
específicos o evolucionados para desarrollar esta modalidad ya que el perfil más bajo aportará mayor naturalidad y estará más equilibrado para nadar. Algunos
como el que muestro en las fotos incorporan un anzuelo wide gap unido por un
split ring a la cabeza, lo que nos permitirá montar nuestro tráiler de vinilo
de manera weedless si lo necesitamos, incluso podremos cambiar el tamaño o
modelo de anzuelo ofreciéndonos la oportunidad de personalizar el conjunto a nuestro antojo.
A
diferencia de un jig convencional la posibilidad de intercambio del anzuelo se
convertirá en una ventaja añadida ya que otros perderán su vida útil
cuando el anzuelo se despunte, siendo solucionable en el caso de un jig que nos
permita su sustitución. Asimismo la
cadencia de recuperación unida a la posibilidad antes comentada, nos permitirá
abrir el campo a la combinación con trailers con especificación “swimming”,
como swimbaits blandos, chunks, grandes craws y criaturas, incluso worms y
grubs.
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Molix Swimming Jig con trailer shad tail |
El momento ideal para aplicar esta técnica será en circunstancias en las
que percibamos que los peces rehúyen señuelos con exceso de “flash” tipo wire
baits, blades, o cranks, y que una presentación como la de un jig evolucionado
de manera más pausada y sinuosa puede ser mucho más acertado. Otro buen momento
será justo después de la freza para tentar a las hembras que se apartan de las
orillas y a menudo se suspenden entre la cobertura. El uso de líneas no difiere
mucho del estándar para el resto de jigs, es decir rango de entre 12 y 20 libras, preferiblemente fluorocarbono, con la salvedad
que un modelo sin antihierba nos permitirá emplear líneas incluso inferiores si
buscamos una presentación más finesse. Si pensamos un poco, los basses por
lógica estarán mucho más apercibidos de lo que es un jig que rastrea el fondo que
un jig que nada de forma tentadora y que seguramente no lo registra como algo
“peligroso”, por ello y por las posibilidades técnicas que nos puede ofrecer, montar un
swimming jig será más veces que pocas sinónimo de nuevas oportunidades de
buenas capturas. Espero haber despertado la curiosidad si no probaste nunca
esta presentación, más adelante podemos sumergernos un poco más en esta interesante modalidad con un articulo más avanzado. Buena pesca!.
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